martes, 25 de enero de 2011

Y por fin, hoy me di cuenta...

La verdad es que hoy, por fin, me di cuenta... Me di cuenta de que, por más que quiera pensar lo contrario, es imposible no evitar a esa persona... cuya relación nuestra no era muy estable desde hacía ya un año, quizá notando este pequeño e incierto "incómodo" a su lado yo sola. Pero este año, cuándo por fin lo rechazé, me prometí a mi misma no ignorar a esa persona, cuándo sin querer es lo único que ahora mismo estoy haciendo. Quizá pasando solo por su lado, hablando con mis amigas, me doy cuenta de su presencia, pero no hago una mirada... no hay un gesto de amabilidad. Tampoco lo desprecio... quizá es porque él intenta hacer lo mismo, aunque no siempre. Creo, no... más bien sé que él aveces intenta hablar conmigo, aunque pocas lógicamente, pero quizá yo no me de cuenta de su llamada, o solamente una sonrisa y un "hola y adiós".
Me sabe mal esto la verdad, porque a mi esa persona me caía bien, y ahora aún también, pero supongo que es algo inevitable, y por más que quiera cambiarlo, eso no sucederá.

Quizá ninguno de los dos resultemos dañados con una marca profunda, o quizá sí... pero aún así, que yo misma no soy la que tendría que preocuparse por esto, no digo que sea la que más, pero me preocupa bastante...

Esto me recuerda a algo que me sucedió hace dos o tres años o así, cuándo yo precisamente fui la que se confesó a un amigo, aún sabiendo que a él yo también le gustaba, pero él me rechazó y luego me ignoró. Me sentí dolida, bastante dolida, pero ¿qué podía hacer?, la verdad es que quizá me equivoqué con aquellas palabras (aunque fue a través de una amiga), yo en ese momento pensaba "no lo hagas", pero la necesidad de saberlo, y la ilusión con la que lo "intentaba" me impidió hacer lo "correcto". Aún ahora recuerdo la "felicidad" y emoción que sentía justo antes de saber la respuesta de aquél chico... Aunque segundos después todo se desvaneció en un oscuro agujero negro... nunca mejor descrito.

Ahora sé y entiendo un poco más a aquella persona que me ignoró, y aún ahora sigue haciéndolo, cosa que yo también ya que perdimos toda relación que teníamos...
Pero solo espero que esa primera persona, cuya relación conmigo ahora mismo no es muy buena, esté bien, puesto que por mi culpa no quisiera que sintiera algo malo... Aquella persona cuya relación se estropeó "gracias" al amor...

"Quizá me preocupes demasiado, y quizá esté pensando en ti más de la cuenta, a pesar de que no sea de una forma especial, pero no le deseo ese mismo sentimiento que yo anteriormente tube a nadie... a pesar de que sé que lo sentistes, porque es imposible no hacerlo en una situación así..."


Llegué a escribir algo parecido, como un "relato de mi vida", con lo que sucedií aquél curso de segundo de secundaria, hace dos años... Por si alguien quisiera leerlo, lo dejo aquí completo (aunque es algo largo):

El primer amor correspondido, el primer rechazo:
Quizá yo pudiera parecer algo “extraña” para aquella gente en aquél momento, apenas aparecía por el instituto. En verdad lo odiaba. Además, había repetido el curso anterior, era mayor que los demás y eso me hacía, quizá, algo mas extraña todavía. En la clase en la que me encontraba no tenía amigos, solamente había un conocido. Los demás eran todos desconocidos, siempre rodeada de ellos... Los primeros días me sentaron al lado de una chica que a penas me hacía caso, así llegó a no caerme demasiado bien. Sentía que el año iba a hacerse demasiado largo... Pero aquél año conocí el amor correspondido, aunque al poco tiempo se convirtió en un rechazo.

Era el principio de curso del 2008-2009, un día normal y corriente como cualquier otro, nos cambiemos de sitio. Una vez al mes el profesor elegía el lugar donde nos sentaríamos nuevamente. Quizá fue el destino, o solamente casualidad... Me sentaron al lado de un chico. Aquél chico estaba dibujando tranquilamente en su mesa, en aquél momento sus dibujos me parecieron muy lindos. Sin pensar mucho, mientras lo observaba le pude decir lo lindo que su dibujo se veía. No recuerdo muy bien cuales fueron sus palabras al responderme, pero seguidamente me preguntó si me gustaba el Anime. El dibujo que él estaba haciendo era un dibujo manga. Sabía que había algo especial en él, no era como los demás. El era amable, aunque al principio de conocerlo era algo serio, supongo que por la falta de confianza, y también tenía una linda forma de ser, además de que compartíamos al mismo nivel el interés por el anime. A partir de aquél momento hablemos muy a menudo. Pasó algún tiempo, y sin saber el momento exacto, me enamoré de él. A pesar de que él era aproximadamente veinte centímetros mas bajo que yo, y tenía un año y medio menos de diferencia, eso no me importaba en lo mas mínimo. Siempre que nuestras miradas se cruzaban, todo lo demás desaparecía. Nos sonreíamos el uno al otro y solamente eso me hacía realmente feliz.

En la clase también había una amiga de él, una persona completamente sincera y bastante popular. Ella siempre estaba diciendo que nosotros hacíamos buena pareja. Siempre hacía de “intermediaria”, si se puede llamar así.
Un día, cuando una de las materias terminó, como siempre nos dan tres minutos entre clase y clase, fui a la aula de al lado como todo el mundo hacía para poder hablar con la demás gente, y me senté en una silla. En aquél entonces hablaba bastante con aquella chica, ella casi siempre me hablaba de él. Estaba sentada en otra silla en frente de mí, solo una mesa nos separaba. Así pues, ella tranquilamente me habló y me dijo que a aquél chico yo le gustaba. Solo esas pocas palabras hicieron que en un segundo mi corazón se acelerara extremadamente. Aun recuerdo perfectamente lo fuerte que escuchaba mis latidos. Me puse muy nerviosa y feliz a la vez, en verdad era algo que no podía creer. Pero en realidad me confié mucho con aquellos mutuos sentimientos.

Pasó poco tiempo en que mi conocido y “amigo” de la infancia se hizo mejor amigo de aquél chico. Durante los siguientes días siempre compartíamos nuestros dibujos. Los tres dibujábamos en la clase y luego nos mostrábamos los dibujos. En realidad esa era la única excusa que tenía para poder hablarle, así que siempre estaba dibujando, además de que también era mi hobby.

Pasaron semanas, y los profesores convocaron una reunión de padres, en el que los alumnos que quisieran podían ir. Aquél chico, días antes me invitó a ir con él y su mejor amigo el día de la reunión a su casa, para poder dibujar tranquilamente. Su mejor amigo estaba en la misma clase, ellos se conocieron aquél año. Yo lo conocía desde la escuela de primaria, pero nunca nos llevemos muy bien. Pero gracias a que ellos dos se hicieron mejores amigos, pude entablar amistad con los dos.
Así pues, cuando llegó el día de la reunión yo vestía unas botas de plataforma de mas de diez centímetros y ropa gótica. Como no era un día de clases opté por no ir “cómoda”, y vestir como realmente me gustaba. Le pedí permiso a mi madre para poder ir a casa de aquél chico, tal y como habíamos planeado. Cuando me dio permiso, partimos hacia el lugar. Cuando salimos hacia afuera, no se como pero su mejor amigo no estaba, nos habíamos separado de él. Pero me encontré con una amiga de mi mismo curso, pero de la clase de al lado. Ella también había venido a la reunión, y hablemos un rato. Entonces la invité a venir a dibujar, en verdad fue algo espontaneo, un segundo luego de proponerselo me arrepentí, pero ya no se podía hacer nada. Ella, como era de esperar, aceptó.
Antes de ir hacia su casa, no recuerdo lo que ocurrió pero se que volví a entrar al instituto. Quizá me había olvidado algo, o iba a avisar a mi madre de nuevo. Cuando volví a salir partimos hacia su casa.
En el camino él me empezó a hablar. Me comentó sobre un amigo de la clase, que siempre me estaba molestando. Él dijo que aquél niño me odiaba, solamente por ser gótica. Él dijo que aquél niño era “imbécil”, no se si esa era la palabra exacta, pero comentó que a una persona no se la debía de juzgar por su apariencia. Aquél comentario me contentó un poco, saber que él no era como los demás, “racistas” por decirlo de alguna forma, me hizo realmente feliz. Él no era el tipo de persona que yo odiaba.
Luego me preguntó si tenía hermanos, entonces yo le expliqué que en pocos meses, a finales del 2008 iba a nacer mi hermano de parte de padre; también le expliqué que había tenido una hermana de parte de padre hacía seis años, pero a los tres días de nacer murió. Él me miró sorprendido, pero le aclaré que a penas la había conocido, ya que había nacido en marruecos, el país de donde procede mi padre.

Sin saber cómo cambiemos de planes, en vez de ir a su casa fuimos a dar una vuelta por el pueblo, ya que él vivía en el mismo pueblo donde estaba el instituto y lo conocía perfectamente. Nos juntemos con unos amigos suyos y nos presentemos, ya que yo y mi amiga no los conocíamos.
Pasemos bastante tiempo caminando por el lugar, mientras que los chicos hablaban entre ellos, mi amiga y yo hablábamos de nuestras cosas.
Cuando se hizo lo suficientemente tarde como para tener que volver hacia el instituto, todos se fueron por su cuenta y mi amiga y yo acompañamos al chico a su casa. Para despedirnos él le dio un beso en cada mejilla a mi amiga y luego me miró. Tardé un segundo en reaccionar a lo que él pensaba, cuando me di cuenta solté un leve “Oh”, y finalmente me agaché para darle también dos besos.
Nos despedimos con la mano, mi amiga se adelantó y él, junto a mi, poco a poco nos íbamos separando mientras nos mirábamos, despidiéndonos con la mano una y otra vez. Cuando finalmente el muro de su casa nos tapó, mi amiga y yo nos dirigíamos hacia el instituto. En el camino ella me comentó que había alguien que le gustaba, a lo que yo le respondí con la misma cuestión. Le pedí que ella me lo explicara primero, y como no podía ser de otra forma, a ella le gustaba el mismo chico que a mi. Lógicamente yo no me iba a callar mi respuesta, y aun menos habiéndole dicho que en verdad había alguien. Así que se lo dije, y ella se sorprendió pero de buena forma, según yo recuerdo. Luego seguimos hablando de cosas hasta que lleguemos al instituto, que permanecía cerca de nuestra ubicación. La reunión terminó, así que mi amiga y yo nos despedimos con dos besos y cada una volvimos con nuestros padres a nuestras casas.

Después de aquello nada nuevo sucedió. Las clases eran normales, nos mostrábamos nuestros dibujos como siempre, y de vez en cuando hablábamos sobre anime. Hubo unos días en que aquella amiga de la clase que siempre nos ayudaba en nuestra “relación”, por así decirlo, y yo, nos mandábamos notas hablando sobre él. Le pedí ayuda y me la concedió. Uno de esos días me preguntó porque no le pedía para salir al chico, en verdad yo le respondí que no quería, me daba demasiada vergüenza, así que ella se ofreció para pedírselo de mi parte. Yo no estaba muy segura de si era buena idea, solamente dije “Bueno”, pero en realidad quería decir que no estaba completamente convencida de aquello. Antes de nada me pidió que no me enfadara con ella si la respuesta de aquél chico era un no. Cuando la clase terminó mucha gente de otras clases entraba en la nuestra, y gente de nuestra clase salía hacia afuera. Aquél chico permanecía afuera, y la chica en aquél momento aprovechó para confesarse de mi parte. Pasaron los tres minutos de cambio de clase, y aquél chico pasó por el lado de mi mesa. Siempre que pasaba por mi lado me saludaba y me sonreía, pero esta vez no lo hizo. Yo no sabía porqué, pero unos segundos mas tarde, la chica, que se sentaba en la mesa de enfrente, me dio su respuesta. Yo estaba completamente segura de que la respuesta sería un si. Sin saber cómo, me confié demasiado, quizá porque sabía que el sentimiento era mutuo, pero aquellas esperanzas fueron completamente falsas. Ella me comentó que él acababa de salir de una relación, y que en esos momentos no quería empezar ninguna otra. Yo no contesté, simplemente bajé lentamente la mirada completamente decepcionada. Luego intenté no preocuparme mas, a pesar de que sabía que durante un tiempo aquél triste sentimiento seguiría atormentándome. Ese mismo día, cuando llegué a casa me tumbé en el sofá y a penas comí... sólo podía estar echada, en silencio y pensando. Solo quizá, de esta forma podría concienciarme de lo que ocurría e intentar que no me afectara demasiado.

Pasaron días, y él seguía sin hablarme, ni siquiera me miraba. Me ignoraba completamente, a pesar de que las anteriores veces nuestras miradas siempre se cruzaban. Cada vez que le dedicaba una mirada nunca recibía otra a cambio.
Pasó un mes, muchos días los pasaba en mi casa pensando en él, y lamentando el momento en el que me confesé, deseando por todo lo alto que él volviera a dirigirme la palabra.
Con el tiempo volvimos a tener conexión. Él me dirigía aveces la palabra, y en verdad eso me hizo un poco mas feliz. Quizá se concienció de que no debía ignorarme siempre, o pensó que ya no me gustaba.
Poco a poco nos volvimos a mostrar nuestros dibujos, y en realidad no recuerdo que más hacíamos. Pero lógicamente nuestra “relación” no era la misma de antes, era mas fría y distante, y nunca volvería a ser igual.
No sé, quizá si no me hubiera confesado, al dejarle de gustar habría sido un poco mas frío conmigo, como es lógico, pero no me habría ignorado de tal manera.

Pocas veces son las que me enamoré, apenas fueron tres. En verdad yo lo veía como una persona “perfecta”, era amable, sincero, y no juzgaba a los demás por su apariencia. No podía pedir mas, solamente quería volver al pasado, para así poder rectificar mi error y volver a la relación que antes compartíamos.

Cuando obtuve su respuesta, como ya dije, él se mantuvo frío y distante conmigo. En esos momentos llegué a pensar que no era realmente como yo creía. En realidad solo se comportaba de aquella forma porque yo le gustaba, supongo que era demasiado pedir el que fuera amable con todo el mundo, le gustase o no.

Al cabo de unos meses, él me dejó de gustar. Eso me alegró bastante, ya que siempre que me enamoro es por largo tiempo. Aun así estuve pensando en él por mucho tiempo, en verdad me marcó pero simplemente ya lo había dejado atrás, ahora solamente quería tener una amistad normal y corriente, en las posibilidades que tenía en aquél momento.

Simplemente estuve feliz de que aquello sucediera, tener un bonito recuerdo de un amor correspondido. Aunque al final haya sido un rechazo, los bonitos recuerdos que tuve con él nunca se borrarán, y mientras permanezcan en mi corazón tendré algo por lo que alegrar mi vida un poco más. Lo bonito que un día me sucedió, aunque haya sido en el pasado será siempre una de las cosas importantes en mi vida, una de aquellas cosas que nadie desearía olvidar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo más visitado...